Día 2: Castello, Torre Orologio y mas


Ruta del día: Castello, Torre Orologio, Dorsoduro, paseo en vaporetto por el Gran Canal, San Marcos, Puente Rialto.

Nada más levantarnos fuimos al supermercado, a comprar provisiones para los desayunos, previamente ya habíamos localizado uno que nos pillaba a menos de 5 minutos, que aunque era muy pequeñito, nos servía para lo que necesitábamos.

Y después ya salimos a callejear por el que era nuestro barrio, CASTELLO.





A las 12 teníamos la visita guiada en italiano de la TORRE DELL’OROLOGIO (precio 12 €), primero fuimos a recoger al Museo Corner, las entradas que previamente habíamos reservado por internet; y luego como nos sobró algo de tiempo nos entretuvimos haciendo fotos.

Torre del Reloj




Campanille

La visita de la TORRE DELL’OROLOGIO estuvo muy bien porque sólo eremos otra persona más y la guía, que aunque no hablaba español, se hizo entender muy bien, y repetía la explicación cuando nos veía cara de no haber entendido, no había ni que pedírselo. La visita consiste en una explicación de la historia de la torre y del reloj, construida a finales del siglo XV. La torre externamente está divida como en tres pisos. En el primero hay un reloj astronómico pensando para los marinos, con fases de la luna y zodiaco, en el segundo la Virgen con el niño, y a sus lados la horas en números romanos y los minutos que van de cinco en cinco en números arábigos; y en el tercer piso el león alado de San Marcos sobre un fondo azul con estrellas, simbolizando que el poder político estaba sobre el poder religioso.

Las vistas desde la terraza son espectaculares. Es curioso que desde esa altura, mirando hacia la otra parte de la isla, no se ve ningún canal, es como si fuera una ciudad normal.





En la terraza se encuentran dos enormes figuras de bronce oscuro conocidas como “los mori”, que tocan la campana cada hora, decir que una de ellas es un viejo y representa el tiempo pasado … y toca la campana 2 minutos antes de la hora.



Después nos fuimos hacia el barrio de DORSODURO, lo primero que se ve cuando te acercas es la Basílica Santa María della Salute.


Una vez, allí llegamos hasta la Punta della Dogana, donde se encuentra una estatua feísima de un niño con una rana, no se cual será su interpretación pero debe valer una pasta porque tiene un policía vigilándola; nos gusto tan poco que no hicimos ni foto. Eso sí sus vistas hacia la otra parte del Gran Canal son bien bonitas.



  
Luego como el calor apretaba nos compramos un heladito y empezamos a callejear por el barrio de Dorsoduro, un buen rato.







Después comimos por Campo Santa Margherita, y tras la comida fuimos a visitar CA REZZONICO (7 €), que es uno de los pocos palacios que se pueden visitar actualmente, decidimos entrar por eso mismo, pero no nos acabó de convencer, muchas salas, pero que no decían nada y con un recorrido bastante mal organizado; totalmente prescindible.

Más tarde nos fuimos a dar una vuelta en vaporetto por GRAN CANAL, era sábado y la ciudad estaba bastante llena de gente, pero hacía un día esplendido y no queríamos perder una oportunidad así, no fuera que lo dejáramos para otro día y el tiempo empeorara. Decir que también había un crucero, así que la ciudad estaba a rebosar de gente.







Puente Rialto



San Giorgio Maggiore

Punta della Dogana

Plaza San Marcos vista desde la laguna

Tampoco podíamos irnos muy lejos ni hacer muchos planes, porque supuestamente esta tarde nos llegaba la maleta. Y así fue, sobre las 5 nos llamo Francesco para decirnos que a las 6 llegaba la maleta a casa; así que bajamos en la primera parada y dimos media vuelta en dirección hacia la casa.

Muy puntual, unos minutos antes de las 6 ya estaba allí el chico con la maleta, deshicimos equipaje y volvimos de nuevo a la calle.


Pasamos de nuevo por San Marco, ahora ya estaba algo más tranquilo.



Decidimos ir hacía el Puente de Rialto que todavía no habíamos visto de cerca.

Vistas desde Puente Rialto

Después volvimos hacia el barrio y tomamos nuestro primer “spritz” bebida típica veneciana, compuesta por vino blanco y aperol, con un poquito de sifón; todo esto de la a la bebida un color naranja muy llamativo; decorado casi siempre con su rodaja de naranja y su aceituna.

Para cenar nos compramos para llevar unos tramezzini, que son como sándwich, con un pan muy bueno, y además calentitos; muy buenos.

Cerramos la noche en nuestra casita, con nuestros tramezzini y nuestras cervecitas.

2 comentarios:

  1. Mens mal que la maleta llegó puntual, sólo faltaba que os hubiéseis quedando una hora en la caa esperando que llegara. Me encantan las vistas desde Rialto, bueno, me encanta toda Venecia, así que me está encantando recordarla. Nosotros fuimos en febrero y hacía mucha rasca, en abril veo que mejora bastante el tiempo. Un saludito :-)

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    1. A mi también me encanta toda Venecia. En abril es una buena época, hacía bastante fresquito, pero febrero ya debe ser palabras mayores.

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