Día 1: viaje


Los vuelos fueron puntuales, Valencia-Madrid a las 12:30 y Madrid-Venecia a las 15:45. Estuvo bien lo de reservar los asientos, sobre todo en el vuelo Madrid-Venecia, ya que íbamos en la fila 4 y estábamos relativamente anchitos para lo que es el avión; así además pudimos elegir el lado derecho del avión para disfrutar de una llegada a Venecia espectacular (esto lo habíamos leído y merece la pena), ya que cuando estas a punto de aterrizar, se vuela a una altura relativamente bajita. Se ve la ciudad a tus pies. Totalmente recomendable el lado derecho del avión.

Pues ahí acabó lo bonito, ya que después de algo más de media hora esperando la maleta, se confirmaban mis sospechas de “lo que mal empieza mal acaba”, más que nada porque era uno de los peores viajes para perder la maleta, por el tiempo que supone de espera extra y de reclamación; ya que los de la casa nos estaban esperando.

Mientras hacíamos la reclamación tuvimos que llamar a la mujer que nos esperaba para decirle que nos íbamos a retrasar, y también al dueño de la casa porque no nos sabíamos la dirección completa; lo mejor fue cuando la chica del mostrador de reclamaciones nos pidió un número de teléfono italiano, llamamos a Francesco (el dueño de la casa) y le pasamos con la chica del mostrador. Tras esto, nos dio unas bolsas de aseo de Iberia y nos dijo que mañana ellos nos llevan la maleta a la dirección indicada. Decir que a pesar del cabreo, la cosa era más leve, porque llevábamos equipaje de mano.

Había bastante gente del vuelo a la que le habían perdido la maleta, y llegamos a la conclusión de que como el vuelo iba lleno y ahora meten el equipaje en los baúles y estos los cargan en la bodega, simplemente no cabía todo, y por eso te decían con tanta seguridad, mañana llega tu equipaje, porque al chico que estaba en la cola de reclamaciones delante de nosotros también le dijeron lo mismo.

Como suele ser normal cuando uno se aturrulla, no encontrábamos el mostrador de Venice Conected, que es donde teníamos que recoger las tarjetas del transporte; y el mostrador se encuentra nada más salir de los equipajes a la derecha. Un par de semanas antes habíamos comprado la tarjeta de transporte de 7 días (37’50 €).

Al salir del aeropuerto, había que pillar el bus nº 5 de ACTV (se incluye en el bono, no confundir con ATVO que no se incluye), que durante el día suele tener una buena frecuencia, pero a esas horas tocaba esperar 20 minutos.

Al llegar a Piazzale Roma que es donde te deja el bus (el trayecto dura unos 30 minutos), había que coger un vaporetto para llegar a la parada de San Zacaría que era donde nos esperaba Daniella. Para llegar allí las mejores opciones son el 41 y 51, ya que van por el Canal de Guidecca y es más rápido que coger el 1 y 2 que van por el Gran Canal.

Daniella nos había pedido que no llegáramos más tarde las 20’30, y lo conseguimos, justo a esa hora bajamos del vaporetto y allí estaba ella esperándonos; en 5 minutos llegamos a la casa. Estábamos impacientes por ver si era como en las fotos, y al abrir la puerta nos quedamos tranquilos, era exactamente igual. Nos enseñó toda la casa tranquilamente y nos dejó algunas cosas para el desayuno, cosa que nos venía muy bien porque los supermercados ya estaban cerrados. Le pagamos, comprobó que funcionaba el wifi (nos costó 20 € mas, pero ya nos habían informado en uno de los correos), y se fue.

Bueno, Venecia ya pintaba mejor, nos habían perdido la maleta, pero la ciudad y la casa merecían la pena. Como apenas había equipaje que deshacer, acabamos en 1 minuto. Después salimos para ver el barrio por la noche y para pensar que cenar. Tras dar unas cuantas vueltas, y medio perdernos, nos llevamos unos kebabs que tenían una pinta estupenda, y unas cervezas para cenar en nuestra nueva casita.

Está fue nuestra primera experiencia en Homelidays, y la fue totalmente satisfactoria. El trato con los dueños muy bien, y la casa tal cual sale en las fotos.

En estos momentos estaban en obras: la base del Campanille, un trozo del Palacio Dual y un trozo de la Basílica; que no creo que sea una gran novedad.

La casita está situada en el sestriere de Castello (dirección: Castello 5013, Fondamenta San Severo), a 2 minutos de la Piazza San Marco.

 

Sobre las direcciones de Venecia hay que saber: que tiene como dos direcciones, una que sería la tradicional en este caso Fondamenta San Severo y otra que es una muy antigua que no se cambia y que es el nombre del barrio (sestriere) en este caso Castello y el número, el 5013. Nosotros no sabíamos esto y al principio liaba un poco. Es algo así como que conviven una dirección antigua y una dirección moderna, que según para que, se necesita una u otra; por ejemplo para el tema de la maleta hubo que dar la de Castello 5013, que se ve que es la verdadera dirección; la otra sirve para moverte por los mapas.

2 comentarios:

  1. Hola!
    qué rabia lo de la maleta, aunque si llega al día siguiente es un mal menor, aunque da coraje perder el tiempo con ese tipo de cosas, cada vez soy más de llevar solo equipaje de mano. El apartamento muy chulo, yo me quedé en un hotelito también a un minuto de San Marcos y genial para moverte por la noche.
    Sigo con Venecia, esta ciudad me apasiona. Un saludito ;-)

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    1. Fue mal menor lo de la maleta, pero el cabreo al llegar no nos lo quitó nadie; eso sí al día siguiente cuando la vimos, respiramos tranquilos.

      Saludos. Cati.

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